2.8.08

Días de Lluvia / Days of Rain -WIP!

Disclaimer: Ni Fara ni Star Fox me pertenecen. Son propiedad de Benimaru Itoh y Shigeru Miyamoto, respectivamente. John, Allison y Lucy, entre otros son creación mía, por lo tanto si alguien quiere usarlos deberá por lo menos darme crédito a mi. Fanfic Rating: T " " Lo que se dice [ ] Links a canciones que se escuchan bien en la escena siguiente
Last Wish Chapter "x" - Days of Rain by Millia Vargas [Midna in Distress] En la mitad de la noche, el viento de Fortuna comenzó a soplar. Las últimas hojas de los árboles marchitos se desprendían por su fuerza, para viajar kilómetros por el amplio llano, y los secos pastizales, que se sacudían al unísono a lo largo del prado, parecían un gran mar amarillo. El cielo, entonces despejado y cubierto de estrellas, comenzó a cubrirse de negras nubes que oscurecieron aún más el cielo nocturno de Fortuna. La temperatura disminuyó, y las pequeñas criaturas nocturnas e insectos que habitaban en los altos pastos, se ocultaron en sus madrigueras. Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, empapando el fértil suelo del campo. Los agradecidos pastos bebían hasta la última gota que les era ofrecida, y pozas de agua comenzaron a formarse rápidamente, el sonido del agua llenando de vida la pradera, indicando el inicio de una nueva y húmeda estación en el planeta. En el interior de la cabaña había silencio, sólo se sentían el sonido de la lluvia y el viento, las maderas que crujían al contraerse por el frío y las ventanas que temblaban en respuesta al viento que las azotaba.

 "La casa está hablando", comentó Peppy, su voz no superaba un ligero murmullo. Decir que las casas hablaban de vez en cuando, contando historias de días pasados, era una creencia muy común en donde él se crió. 

 Fox asintió con la cabeza. 

 Peppy y él eran los únicos despiertos en la cabaña. Se encontraban sentados hombro a hombro en el suelo de madera de la habitación, mientras Falco y Slippy dormían profundamente en sus camas. Hacía un poco de frío, pero no era eso lo que mantenía a Fox en vela. 

 "No tienes porqué quedarte despierto, yo soy el que no puede quedarse dormido", dijo Fox luego de un rato. Estaba cansado, pero su mente no paraba de atormentarlo. Después de la proeza heroica en MacBeth junto con el escuadrón de Bill, Andross estaba detrás de sus mismísimas colas, y no se había inmutado en demostrar su interés por liquidarlos cuanto antes. 

 Peppy no contestó, era obvio y natural para él acompañar a su amigo sin importar las circunstancias. Aunque simplemente lo acompañara con su silencio, quedarse una noche entera despierto a su lado no era sacrificio alguno. 

 "Este lugar..." Comenzó Fox, sabiendo que Peppy lo escuchaba atentamente. "Es un buen lugar, ¿no, Peppy?" murmuró al aire. 

No estaba seguro de si le había hecho la pregunta a Peppy o a si mismo. Por un momento, la pregunta tomó a Peppy por sorpresa, pero muy pronto se dio cuenta de lo que Fox estaba hablando. Al parecer, había subestimado el afecto que sentía su líder por la hija del fallecido magnate. 

 "No quiero que suceda un evento como el del GreatFox otra vez, Peppy". 

 "Es un buen lugar", aseguró Peppy sabiamente, asintiendo levemente con su cabeza. "Nada malo podría suceder. No hay nada que Andross desee aquí... Excepto nosotros cuatro".

 Fox sonrió por un momento, confiaba plenamente en las observaciones de su segundo padre. Dejó que una pequeña carcajada escapara de su boca, mientras con ambas manos se afirmó la cabeza, rascándose fuertemente detrás de las orejas. Se encontraba nervioso. 

 "Una parte de mi no quiere dejar este lugar, Peppy". Confesó desesperanzado, pues sabía que ése sería un deseo imposible de cumplir. 

 "Entonces debemos irnos en este mismo momento, ¿no te parece?", dijo Peppy poniéndose de pie. Conocía a Fox desde antes que naciera, y no necesitó pensarlo dos veces para darse cuenta de que estaba gritando por ayuda. Necesitaba ese pequeño empujón para decidirse, cuando se quieren hacer dos cosas a la vez. Y en este caso, no cabía duda de que debían terminar con la fuente del problema antes de que fuera demasiado tarde. Andross los encontraría tarde o temprano. 

 "Sí..." dijo Fox, poniéndose de pie. "... Debería despedirme antes"

 Peppy se sentó sonriendo y afirmando con su cabeza, era la señal que Fox esperaba para salir del cuarto y dirigirse a la habitación donde se encontraba ella. 

 La puerta estaba abierta. Con mucho cuidado y sin provocar ruido alguno, Fox se aproximó a la cama de la mujer que juró proteger. Lentamente se arrodilló al lado de su cama, simplemente para observarla dormir, fascinado con el subir y bajar de su pecho al respirar. De vez en cuando, una de sus grandes orejas se agitaba contra su rostro producto del sueño. No estaba seguro si hablar le brindaría algo de tranquilidad a su ser, pero no perdía nada.

 "No estoy seguro de si podré superar a mi padre, Fara. Pero con mi equipo venceré a Andross, y volveré por ti. Lo prometo", murmuró. Era una promesa solemne que estaba dispuesto a cumplir hasta el final. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando obtuvo un pequeño ronquido en respuesta. 

 Poniéndose de pie, Fox cubrió a Fara con su capa. Esa capa desgarrada que había llevado puesta desde el día que los exiliaron de Corneria. Esa capa que le dio calor durante las frías noches del desierto, la misma que lo protegió del sol durante los calurosos días. No podría haber sobrevivido sin ella. 

 "Ve..." murmuró Fara entre sueños, tomando a Fox por sorpresa. Era como si inconscientemente estuviera al tanto de la situación.

 "Volveré por ésto también. Así que no la pierdas", le advirtió, riendo tristemente y retirándose del cuarto con el mismo silencio. 

 Cuando volvió a su habitación, Peppy estaba sentado en el suelo, completamente dormido. Con algo de remordimiento, porque en parte fue por él que Peppy no había dormido nada durante toda la noche, lo sacudió con delicadeza para despertarlo. 

"Es hora de partir, Peppy" 

 "Lo sé, muchacho", dijo medio adormilado. Estaba extrañado de ver a Fox sin su capa, pero decidió no hablar sobre eso y se puso de pie. 

"Falco es tuyo. Sabes cómo es, yo estoy demasiado viejo para lidiar con ese montón de plumas encabritadas", dijo Peppy en son de broma, aún algo dormido.

 "No será necesario, anciano", gruñó Falco desde su cama.

 "¿Falco?" murmuró Fox, sorprendido. "¿Estabas despierto todo este tiempo?" 

 "Con ustedes dos hablando todo el rato, todavía me pregunto cómo no han despertado al resto de la casa", dijo Falco mientras se levantaba de la cama, en busca de sus pantalones. 

 "No exageres, Falco. Slippy aún está durmiendo", replicó Peppy, con una sonrisa en su rostro.

 La pequeña carcajada de Slippy le indicó que estaba equivocado.

 "¡¿Slippy?! Fox, no estábamos hablando demasiado alto, ¿o si?"

 "La verdad, no", dijo Slippy. Ya se había vestido y estaba pronto a colocarse su gorra. "Pero no podría dormir si alguno de mis compañeros se encuentra en problemas", continuó, mostrando una amplia sonrisa en dirección a Fox. 

 Falco miró a Slippy de reojo y siseó. 

"Bravo niño, ¿no podrías ser un poco menos sentimental?".

 "¡Falco!", replicaron Peppy y Slippy al mismo tiempo. 

 "¡No es eso!", gritó Slippy, sonrojado. "Lo que ustedes hicieron por mi en Zoness, yo haría lo mismo por ustedes. Porque somos un equipo. ¿No?". 


Slippy los observó a todos en busca de una respuesta.

 Peppy colocó una de sus manos sobre su hombro y lo apretó ligeramente en señal de apoyo. Falco no dijo nada, pero para todos, eso era tan bueno como un sí. Fox observó a sus tres compañeros, perplejo. Verlos a los tres juntos, dispuestos a pelear con él, a nunca abandonarlo, ni dejarlo por su cuenta. Eran un equipo, un gran equipo. Los tres le devolvieron la sonrisa a su cara, y le ayudaron a tomar su decisión. Le demostraría a Andross que él no será una presa fácil de cazar. 

 "Chicos", dijo Fox poniéndose de pie, "tenemos un universo que salvar". 

 "¡Sí!", dijo Slippy, entusiasmado. 

 "Ahora, así es como me gusta", celebró Falco, cargando su blaster y guardándolo en su cinturón. "Estaba aburriéndome de este planeta". 

 "¿Al fin se irán?" dijo alguien por detrás de Fox, quien se volteó sorprendido para observar al dueño de la voz.

 "Profesor Krause", dijo Peppy. Al parecer Falco tenía razón, sí habían despertado a toda la casa. "Lo sentimos, no quisimos-".

 "No es problema, señor Hare. No estaba durmiendo", interrumpió el profesor con una gentil sonrisa. "No puedo negar que el Doctor Andross ha sido una de mis principales preocupaciones desde el primer ataque". 

 "Lo sentimos", reiteró Peppy. 

 "Hay algo que me gustaría enseñarles. Por favor, síganme". Dijo el profesor desapareciendo por la puerta. Los miembros de Starfox no tardaron en obedecer, algo intrigados no querían perder su pista. 

 No sabían demasiado del profesor, pero todos tenían algo en común, ninguno trabajaba para ningún gobierno. El profesor sonrió en su dirección. 

"Es verdad lo que les dije antes, no tengo relación con ningún gobierno... pero me es difícil negar mi pasado y debo confesarles la razón por la cual me he aislado del resto a este nivel. 

Hace mucho tiempo, trabajé junto a los mejores científicos e ingenieros de Cornelia, en un proyecto de vital importancia para toda la galaxia..." Dijo mientras abría la puerta de un galpón en la parte trasera del predio.

"Es mejor que lo vean por ustedes mismos" continuó luego de encender las luces del recinto. En su interior, se encontraban sus starwings, pero se veían distintos. Slippy, emocionado se aproximó a su nave, boquiabierto, miró con asombro en dirección del profesor. Las naves no solo estaban reparadas, las habían mejorado por completo.

"Nosotros desarrollamos los starwings. Yo dejé de trabajar con Cornelia, pero estuve mucho tiempo estudiando como mejorarlos. Tenía mis dudas en dejar este tipo de poder en las manos equivocadas... Pero estoy seguro de que no pueden estar en mejores manos que las de ustedes cuatro. 
Les presento a los Arwings". Dijo mirando con orgullo al equipo.

"Lamento mucho la pérdida de ustedes dos. Peppy, Fox... De haber tenido un mejor modelo antes, probablemente James estaría..." 

 "Él está vivo". dijo Fox tajantemente, dándole la espalda al profesor y retirándose en dirección a los Arwings seguido por sus compañeros de equipo. 

"Debemos partir". 

 "John, por favor, despide a nuestros invitados", dijo el profesor mientras el felino blanco salía por detrás de sus espaldas, tomándolos a todos por sorpresa. 

 "Sí", contestó, con pasos firmes se dirigió a la puerta de salida. 

 "Por favor, síganme" dijo, su voz sonaba distante, pero fuera de eso, no había nada en él que no se pareciera al John que dejaron en Zoness. "Les indicaré desde donde pueden despegar".

 Era inevitable, pero así era la vida de los exiliados: Correr de todos, todo el tiempo. Por lo menos ahora el gobierno de Corneria estaba apoyándolos.

----------- --------- 

El ruido de la lluvia que caía a aguaceros afuera la despertó. Era temprano y aún tenía sueño, la conversación de anoche la dejó pensando mucho rato antes de quedarse dormida. Sus tripas sonaron, por lo que decidió levantarse de una vez por todas e ir a tomar desayuno.

 Cuando se levantó de su cama, sintió como algo deslizaba por su hombro suavemente, era el manto de Fox. Fara contuvo la respiración, con sus dedos recorrió cada uno de sus harapientos pliegues. 

 "No están" susurró.