9.2.07

Ciudad Jardín Parte II / Garden City Part II -WIP

Disclaimer: Ni Fara ni Star Fox me pertenecen. Son propiedad de Benimaru Itoh y Shigeru Miyamoto, respectivamente. John, Allison y Lucy, entre otros son creacion mia, por lo tanto si alguien quiere usarlos debera por lo menos darme credito a mi.
Fanfic Rating: T

" " Lo que se dice
' ' Lo que se piensa
[ ] Links a canciones que se escuchan bien en la escena siguiente
Comenzado el 9/02/07 a las 14:47 hrs.

Last Wish
Chapter 11 - Garden City Part II
by Millia Vargas





Habían llegado al centro de lo que en antaño solía ser la Ciudad Jardín dentro de la capital zoniana. Ahora no era más que edificios y rascacielos muertos y abandonados. El clima y la lluvia que caía, sólo servían para hacerlo ver más gris de lo que ya era.

Ciudad Jardín era la más próxima al antiguo centro, donde sólo los más adinerados tenían la opción de adquirir viviendas. A pesar de su nombre, no era una ciudad, mas bien un complejo de rascacielos y subterráneos multifuncionales, autosustentables y sostenibles. Rara vez se veían personas entrando o saliendo de Ciudad Jardín, más que nada, porque las personas que la habitaban, vivían y trabajaban ahí. Así era como Fara podía recordarla antes de los ataques de las fuerzas venomianas.

De los rascacielos más altos no quedaba casi nada; de los edificios más hermosos, un montón de escombros; de su hogar, tan sólo el recuerdo.

"Bienvenido a mi casa" Dijo Fara, sacando un llavero con una única llave de su bolsillo. Fox no pudo evitar notar que Fara llamó a este lugar casa y no hogar. Pero no tuvo que preguntar, la respuesta era obvia, bastaba con sólo mirar el exterior.

"¿Vives aquí?"

"Digamos que sí, es mi deber proteger la base mientras los demás pretenden trabajar en la base falsa" Respondió Fara de facto. A Fara no le gustaba este lugar, pero nadie lo conocía mejor que ella. Después de todo, pasó toda su infancia en estas calles, las conocía a cada una como la palma de su mano, aún en medio de toda la destrucción.

Fara giró delicadamente la llave y la gran puerta de cristal se abrió de par en par con un crujido, los rieles necesitaban aceite.

Era un Gran Hall de entrada, típicos de los rascacielos que alguna vez sobrepasaron los 500 pisos, sin embargo, en ruinas con suerte sobrepasaban los veinte. Del techo del hall colgaba una increíblemente enorme y polvorienta lámpara de cristal. A simple vista, la sola armazón del flexo podía fácilmente pesar una tonelada. Cada una de sus perlas de cristal, semejantes a pequeñas gotas de agua, estaban atadas unas a otras por innumerables telas de araña. En el suelo, se podían apreciar miles de estas gotas desparramadas y rotas. Era como si la lluvia de afuera se hubiera trasladado y solidificado adentro.

Los muros tenían grabados, frescos, y guardapolvos de diversos diseños, formas y tamaños. Fox sólo podía imaginarse lo hermoso que fue este edificio en tiempos de paz. Nunca había visto nada parecido. Su expresión anonadada y su falta de palabras eran suficientes indicadores de su estado de impresión.

Fara suspiró, de reojo pudo ver como Fox se tambaleaba. Esperaba no tener que hacer una transfusión de sangre. Era demasiado riesgoso realizar ese tipo de operaciones en un lugar como este. Y al parecer, Fox era igual a todos los demás hombres que había conocido. Extremadamente orgulloso, o bien, extremadamente despojado de sí. Fara esperaba que fuera la última antes que la primera.

"Por aquí" Fara guió a Fox al fondo del hall. A simple vista era una pared igual a todas las demás, no obstante, a medida que se acercaban se podía apreciar mejor, una gran puerta escondida entre todas las decoraciones y frescos gastados del muro.

Con la misma llave Fara abrió la puerta. A diferencia de la puerta de entrada, esta puerta debía empujarse para abrirla. Era de esperarse que los sistemas de un edificio como este, después de los daños que sufrió durante la Resistencia, no estuvieran completamente funcionales. Fox ayudó a Fara con la tarea de empujar la pesada puerta lo mejor que pudo. Lo mismo hizo para cerrarla una vez que estuvieron dentro.

La puerta llevaba a un pasillo largo y oscuro, descendieron por una escalera que crujía con cada uno de sus pasos. Un escalofrío trepó por la espalda de Fox, por alguna extraña razón sintió que bajaba por las escaleras de Lont Valley nuevamente, un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando tocaron fondo luego de un corto período de tiempo.

Nuevamente, otra puerta se interponía en su camino. Esta puerta era normal sin embargo, Fara simplemente la abrió con la mano, de la misma manera en que solían abrirse las puertas antes de la masificación de los sensores de movimiento. Esta era, quizás, una especie de alacena o sala de limpieza en su tiempo. Eso fue todo lo que Fox pudo deducir.

Los ojos de Fox trataban de ajustarse aún a la oscuridad de la sala cuando cruzaron el portal. Esta habitación era mucho más pequeña que el hall central. Esa era la sensación que daba.

Poco a poco, Fox comenzó a distinguir las siluetas de los muebles gracias a la luz blanquecina emitida por una pequeña escotilla en un rincón de la sala que daba al exterior. Sólo podía decir que su cueva en Papetoon era más acogedora que esta habitación. Muebles dañados, una mesa quebrada, una silla abandonada. Le impresionaba que esta "casa" tuviera cocina. ¿Fara vivía aquí? ¿Sola? Él no podría. Tendría pesadillas todas las noches, se hubiera vuelto loco. Incluso le pareció ver una rata merodeando por ahí.

Este tipo de base pasaba completamente desapercibida. Pero, ¿cómo una organización tan grande como Los Buscadores podría trabajar aquí? ¿Por qué este lugar?

"Lo siento, no tenemos electricidad... sería sospechoso en un edificio abandonado como éste, tener electricidad, me refiero. Pero cuando te acostumbras, éste es realmente un lugar muy aco-"

"¿Ésta es su base?" Preguntó Fox, escéptico en cuanto a todo el asunto.

Fara se llevó las manos detrás de la espalda y lo miró inocentemente.
"Pues sí" Respondió Fara, orgullosa. "Sólo tienes que mirar más de cerca".

Fox la quedó mirando por un momento, como si se tratara de una broma. Pero al ver que Fara no se estaba riendo, hizo un último esfuerzo por amoldar su vista. De pronto, le pareció ver por una millonésima de segundo una pequeña luz fluorescente proviniendo del refrigerador.

Lentamente, casi con inseguridad, Fox comenzó a aproximarse a la cocina. Mirando con detención el antiguo refrigerador. Antes no las había percibido, pero poco a poco comenzaron a hacerse visibles, eran pequeñas líneas de interferencia, y estaban todo alrededor. Por sobre los muebles, las paredes, incluso la rata que se había movido otra vez. Nuevamente el mismo destello fluorescente proveniente del refrigerador. Soltando un momento su herida, Fox extendió su mano izquierda hasta tocar la superficie del refrigerador con las puntas de sus dedos.

Como por arte de magia, todos los muros de la habitación desaparecieron. Fox sólo pudo observar sorprendido. Los muebles que antes se veían viejos y a punto de desmoronarse, en realidad eran modernos asientos, la mesa y la silla no eran más que una ilusión. Esta era una habitación por lo menos cinco veces más grande de lo que aparentaba en un principio y el refrigerador no era otra cosa más que una pequeña parte de la pantalla de un gran ordenador que ocupaba la mitad de la pared.

En el momento que Fox retiró su mano, toda la habitación volvió a la normalidad.

"¿Có-Cómo...?" Fox estaba deslumbrado. No tenía palabras. Bases como ésta, eran sólo comparables con el GreatFox.

"Johann diseñó los hologramas"

A la mención del muchacho, ambos, Fox y Fara, sonrieron tristemente.
"Nadie habrá muerto en vano, Fara. Te lo prometo". Dijo Fox, sujetando nuevamente su costado.

Fara acudió a su lado.
"Ven. En mi habitación tengo el botiquín de primeros auxilios. No será mucho, pero por lo menos detendré la hemorragia".

Fox la siguió. Detener la hemorragia era más que suficiente para él. Sobre todo porque estaba comenzando a sentir demasiado frío.

"Computadora, necesito agua caliente. Rápido" Dijo Fara mientras se apresuraba hacia la puerta que daba a su habitación en el ala izquierda de la sala, pasando a través de la pared falsa generada por el holograma. "Activa el modo de emergencia" Agregó. Habían llegado al fondo de la habitación, donde se encontraba la puerta que abría a su dormitorio.

"Modo de emergencia activado. Agua caliente lista". Una voz masculina, pero claramente virtual, contestó desde una ubicación que Fox no pudo descifrar.

"Gracias" Fara suspiró, girando la manilla para abrir la puerta. "La computadora funciona gracias a unos paneles solares que instalamos en los estacionamientos, yo misma la programé" Fara observó detenidamente a, al parecer, muy desorientado zorro. "¿Te sientes bien, Fox?"

Fox simplemente la observó. "Se podría decir..."
Tenía tantas preguntas, pero a la vez, había tan poco tiempo.

Fara abrió la puerta y Fox por primera vez desde que entró al edificio, sintió que no había nada adentro que lo sobrepasara emocionalmente. En el interior de la habitación sólo habían una cama y un ropero, las paredes de concreto sin pintar y una puerta a la derecha que probablemente llevaba al baño. Fox no quiso comentar nada. Algo en esta pequeña y sencilla habitación le entibiaba el corazón.

"No me gusta la suntuosidad" Comentó Fara, un poco avergonzada. No era cosa de todos los días llevar un macho de la especie a su dormitorio. De hecho. Si se ponía a tratar de recordar quien fue la última persona que entró en su habitación... probablemente, el borracho perdido que fue a correr a su baño a toda velocidad a vomitar en medio de la noche, cuando estaba a punto de llegar al séptimo sueño. Oh si, vaya que se asustó esa vez.

Fox sencillamente afirmó, dirigiéndose a la cama.

"Atrapa" Dijo Fara, lanzándole a Fox una botella con un líquido en su interior. "Quítate la ropa y ponte dos gotas del líquido en el abdomen. Inhibirá cualquier olor que provenga de tu cuerpo".

Fox obedeció dándose la vuelta y enfrentando la pared, sus mejillas sonrojadas.
'No fue lo que dijo, fue la forma en que lo dijo' fue el mantra que Fox repetía una otra vez dentro de su cabeza, después de todo, no era cosa de todos los días que alguien, dígase hembra, le pedía que se desvistiera. Los travestis que se había encontrado en la calle luego de la escuela una vez no contaban.

Fara por su parte, estaba dándole la espalda. Daba gracias a los cielos que su voz no se hubiera quebrado en medio de la última orden. Era necesario. El inhibidor de olor no serviría de nada si Fox traía sus ropas puestas. Ropas que ya estaban impregnadas con su olor. Esas ropas debían ser incineradas lo antes posible.

"Puedes quedarte con la ropa interior" Agregó Fara rápidamente. No estaba a punto de darle una de sus pantaletas a un extraño sólo por temor a verlo en sus ropas menores... o más bien, falta de estas. Se dirigió al ropero para sacar un par de lentes azulados y cuidadosamente se los colocó. Le siguieron un par de guantes de látex y una enorme maleta blanca. "¿Listo?"

"Sí" Fox estaba acostado mirando hacia el cielo, una araña estaba haciendo actividades muy interesantes en una de las esquinas. De pronto, sintió calor. Fara lo había tapado con una frazada hasta la cintura y puesto alrededor de sus piernas bolsas con agua tibia. Un suspiro de alivio se escapó de sus labios involuntariamente.

Fara sonrío.
"¿Se siente bien, no?" Preguntó Fara, soltando una pequeña risa y dándole una de las bolsas. Fox simplemente afirmó con la cabeza y sostuvo la tibia bolsa llena de agua con la mano izquierda para abrazarla contra su pecho. Podía sentir cómo su cuerpo recuperaba parte del calor perdido.

"¿Sabes lo que debes hacer?" Preguntó Fox, un poco adormilado

"Espero. Trata de mantener los ojos muy abiertos, ¿bien?" Fox asintió. Fara tenía razón, si por alguna razón se quedaba dormido, podría muy bien no volver a despertar.

"Computadora. Activa el CT escan" Murmuró Fara mientras sacaba de su bolsillo el teclado de plasma.

"Activado. Instalando monitor de ayuda nivel 3. Por favor, siga las instrucciones"

Datos comenzaron a ingresar a través de las gafas azuladas que Fara se había puesto minutos antes. Sus ojos moviéndose en todas direcciones tratando lo mejor posible de leer y memorizar todos los datos que ingresaban a toda velocidad.

"Chequeando daños internos...
Aorta. Chequeado.
Vasos 2, 5A90, 78B1-0, 81B13-9 Chequeados.
No se encuentran elementos patógenos externos dentro del sistema.
Por favor, proceda con la desinfección y retención
del traumatismo abdominal"."A los civiles se les está prohibida la venta de anestesia. Por favor, aguanta esto" Suplicó Fara. Fox apretó sus puños y cerró sus ojos.


[Dementia]
Debajo de un montón de piedras, concreto, madera y vidrios hechos trizas, emergió una sombría figura. Deformada y rasgada. Polvo caía y se juntaba a su alrededor, pero no importaba. No necesitaba sus ojos para saber adónde iba. Gruñía mientras se erguía cada vez más y más. Huesos crujían y se ajustaban a su lugar nuevamente. Cualquiera diría que era la viva imagen de Lucifer emergiendo de la destrucción.

Afortunadamente, no había nadie cerca. Panther acababa de perder la poca cordura que tenía y era capaz de matar a cualquiera que se le aproximara... Cualquiera.

Sus manos tiritaban. Una viciosa sonrisa se dibujó en su rostro. Sus caninos teñidos con su propia sangre.

No veía nada más que rojo. No olía a nadie más que a él. Su deliciosa presa. Qué delicioso sería partir sus frágiles huesos. Qué delicioso sería engullir sus intestinos. Paso a paso y lentamente, Panther retomó su camino hacia él.

No podían esconderse.

No por mucho tiempo.

Creyeron que esa pequeña bomba lo detendría a él... ¡Panther!

"¡Qué equivocados están!" Gritó a todo pulmón, seguro de que Fox oiría su furioso rugido.
Una convulsión invadió su destruido cuerpo, toneladas de sangre evacuaron por su boca una y otra vez, el suelo tiñéndose de su cobrizo color.

La sangre no significaba nada.

El dolor no significaba nada.

Sus ojos estaban ocultos detrás de sombras. Nunca dejó de marchar hacia ese lugar.

El lugar donde estaba su presa.

La respiración de uno de los soldados llamó su atención. Lentamente se aproximó al lugar donde yacía su aplastado cuerpo. Agachándose, Panther lo miró con indiferencia. Fuertemente apretó su puño y fuertemente golpeó la cabeza del soldado, literalmente reventándola. El golpe lo mató instantáneamente, el puño de Panther había roto y atravesado su cráneo, desparramando sus sesos y sangre en todas direcciones. Panther se puso de pie nuevamente.

¡Quién necesitaba un maldito escuadrón de débiles y mortales idiotas siguiéndolo! Él podría matarlos solo. No necesitaba a nadie, él era más que suficiente.

Tenía su arma cargada.

Panther se detuvo un momento para mirar detenidamente el arma en cuestión. Su histérico semblante desapareció por unos segundos para ser reemplazado por uno de disgusto. Sin pensarlo más, Panther lanzó la pistola hacia los escombros del edificio desplomado. La sonrisa volvió a su rostro.

No podía aguantar las ganas de matar. Con sus propias manos.

Una frenética carcajada escapó de sus labios partidos y descarnados.
"McCloud... Puedes ocultar tu olor... pero la sangre... ¡La sangre tiene olor propio!"

Se reía lentamente, mientras planeaba que haría luego de matar al zorro. No mataría a la fennec enseguida. Primero podría jugar con ella un poco. Luego mataría su exánime cuerpo.

No podían esconderse. Nada ni nadie se escaparía de sus manos. Él era un símbolo de la perfección. ¡Él era una máquina de destrucción!

Una hermosa rosa roja había florecido. Sus espinas estaban listas para matar.

La verdadera creación de Andross estaba suelta.


"Te estoy diciendo, Peppy. No puedo saber dónde está Fox. La configuración de este lugar cambió mucho desde los ataques..."

"Más vale que ese cabeza hueca me devuelva la motocicleta. ¡Entera!" Slippy sólo podía suspirar por milésima vez. Falco estaba seriamente afectando su paciencia. En realidad, ¿por qué tenía que soportarlo todo el tiempo? Slippy terminó la transmisión y volvió a encender su radar de bolsillo. "Supongo que tendremos que seguir a pie".

Falco asintió. No quería admitirlo, pero la incertidumbre sobre el bienestar de Fox le ponía los nervios de punta. Sin embargo, tendría que ver un arwing lleno de puercos para admitir eso en voz alta. Claro que también quería a su motocicleta, él mismo la había diseñado... sí, la quería tanto como la primera guitarra eléctrica que se compró cuando aún era un chaval.

También le preocupaba el bienestar del muchacho a su lado. Desde que le encargaron vigilar los monitores, no había despegado su cabeza de la pantalla. Estaban cagados. ¿Dónde quedaron las misiones que solían hacer antes? ¿Y desde cuándo le hacen tantos favores al ejército corneriano? Claro, claro, un poco de efectivo extra no dañaba a nadie, él no era uno de esos que se quejan por cosas como esas.

Un escalofrío trepó por su espalda. Algo en este lugar no le agradaba, quizás era la parcial destrucción de todos los edificios a su alrededor o quizás era ese apestoso olor a malicia y demencia que había en el aire.

"...A pantera..." murmuró Falco extrañado.

"¿Dijiste algo?" Preguntó Slippy. Ya sabía cuál era el camino más corto a tomar. Pero como siempre, era bueno contar con la opinión de los compañeros de trabajo. Sobre todo cuando tenían mejor oído, olfato y visión que tú.

"Sí. Creo que mientras más temprano lleguemos, más rápido nos iremos".

"¿Sabías que lo que acabas de decir no tiene sentido en lo absoluto?" Dijo Slippy, mirándolo de reojo.

"Lo sabrás cuando lleguemos" Contestó Falco.

"¿Esto significa que llevaremos el landfree?"

"Sí. Pero necesitamos un plan. No podemos usar estas calles si queremos pasar desapercibidos" Comenzó Falco, algo en esta situación le recordaba mucho al día anterior. ¿No estaban Slippy y él buscando a Fox en Lont Valley, moliendo monstruos y destrozando cuevas para salvarle el pellejo?

Slippy suspiró nuevamente, entonces sí habían problemas.
Cielos, Ciudad Jardín se veía más linda y segura en las postales.


"Chequeando...
Asepsia confirmada. Procedimiento concluido".

Fox estaba sudando. Las bolsas de agua caliente habían sido arrojadas fuera de la cama, algunas incluso se reventaron al impactar contra la pared. El tapete, de arabescos diseños, totalmente arruinado debido a la humedad.

Tanto dolor sólo era superado por el de estrellarse dentro de un arwing. Todavía tenía la sensación de ser quemando de adentro hacia afuera. Sólo por no mostrar debilidad se tragó cada uno de sus gritos de agonía. No se dio cuenta de que Fara había tomado sus ropas, y sin siquiera preguntarle, las había arrojado al incinerador que había en el baño.

Una gran explosión proveniente de arriba llamó la atención de ambos. Una pequeña luz se encendió, iluminando de rojo la oscuridad de la habitación por unos segundos, para volver a apagarse.

"Esa luz significa que algo malo está pasando ¿no?" Preguntó Fox tratando de sentarse.

"¿Puedes caminar?"
Fox afirmó con la cabeza.

"¿Cómo está tu brazo?"

Fox se observó el brazo derecho. El hueso estaba completamente molido.
"Ha visto mejores días..." Dijo Fox, tratando de sonreír a pesar del dolor.

"Bien," dijo Fara, sonando muy seria, "porque tenemos que salir de este lugar lo antes posible. Es verdad que ahora Panther no nos puede oler, pero sí nos puede seguir hasta aquí".

"Este lugar apesta a nosotros" Complementó Fox.

Fara afirmó con la cabeza, lanzándole a Fox unos pantalones.
"Espero que no eches de menos tu otra ropa"


La puerta del frente había literalmente explotado en miles de fragmentos debido a la fuerza del impacto ejercida por el puño de acero del incontrolable Panther.

"Aquí. Aquí es" El cuerpo jadeante de Panther se sacudía con cada carcajada que explotaba de su boca. "Este lugar, será tu tumba... ¡ME OYES!"

Panther se dirigió directamente a la puerta camuflada entre los frescos. Su ensangrentada nariz olfateando fuertemente. Súbitamente se detuvo, sus pupilas dilatándose. En ese exacto lugar había una mancha de sangre. Su sangre. Probablemente dejada ahí cuando Fox intentó empujar la puerta.

Panther no se molestó en hacer eso, simplemente retrocedió unos pasos y con todo su cuerpo comenzó a golpear la puerta que lo separaba a él de su botín. Sólo bastó golpear la puerta dos veces antes de que la madera cediera ante su potencia. La hermosa puerta de bellos frescos había quedado reducida a meras astillas. Con semblante inmutable, Panther continuó su camino hacia Fox.


Slippy suspiró, estaba esperando en el landfree, justo donde Falco le había dicho que esperara. Y estaba aburrido. Suspirando nuevamente, Slippy inclinó el asiento del conductor hacia atrás, apoyando ambas piernas sobre el volante del landfree, mirando hacia el cielo medio nublado, medio grisáceo que se posaba sobre él. Unas cuantas aves volaron sobre su cabeza 'como si sintieran el peligro que había en la otra dirección'. Un escalofrío invadió su cuerpo, no se atrevía a hacer ningún otro tipo de sonido, por temor a ser descubierto.

En realidad, Slippy esperaba que este plan de Falco funcionara. Tenía mucha fe en su amigo, pero no podía negar que Falco solía tomar siempre la vía violenta.

Bueno. Esta espera le daba tiempo para pensar un poco más su situación. Esto de los monitores era estupendo-No, más que eso. Tanta tecnología junta sólo se fabricaba en Corneria. Pero, no le gustaba. No le gustaba para nada. Estaba siempre preocupado, sobre todo cuando alguno de los del equipo no estaba presente. Quería con tantas ganas dejar de ver esa pantalla, pero se sentiría muy responsable si a alguno de sus amigos le sucediera algo malo sólo por no haber estado vigilando los monitores.

Era complejo. Tener las vidas de sus amigos en su computadora, dependiendo de él y sólo de él notar el más mínimo cambio. Variación que significaba la diferencia entre la vida y la muerte.

'Nunca más seré Beta-tester de nada'
Pensó Slippy, frunciendo el ceño y haciendo un pequeño puchero.


"No podemos salir por donde entramos" Dijo Fox, preocupado.

"Lo sé" Respondió Fara, una gota de sudor corriendo por su frente. "Computadora, abre la puerta del ropero. Ponte en guardia, te necesitaremos".

La computadora no respondió, pero motores casi silenciosos comenzaron a funcionar por debajo de sus pies, se sentía casi como el ronroneo de un gatito. El ropero comenzó a moverse a la izquierda para rebelar una enorme escotilla en lugar de un simple muro. Era redonda, de unos sesenta centímetros de diámetro, muy parecida a las escotillas de los submarinos. Era obvio que tendrían que ir a gatas. Fara se dirigió a la escotilla, abriéndola con una mano y haciendo una reverencia.

"Por favor, ve tú primero" Dijo Fara.

Esto produjo una reacción inmediata de Fox.
" primero, ir antes que una dama va en contra de todos mis principios" Dijo frunciendo el ceño. NADA le haría cambiar de parecer.

"Irás tú y es definitivo". Replicó Fara comenzando a empujar a Fox hacia el interior de la escotilla. "No te irás viendo mi trasero durante todo ese recorrido" Agregó. Un pequeño dolor de cabeza estaba comenzando a formarse con toda esta situación.

"¡¿CÓMO?!" Gritó Fox sorprendido, en realidad eso era lo último que tenía en mente... Bueno, quizás no lo último. ¡Pero definitivamente no estaba en su lista de por-hacer en un momento como éste!

Esa pequeña falta de concentración por parte de Fox fue todo lo que Fara necesitó para empujarlo por completo dentro de la escotilla.


Panther había bajado las escaleras y se encontraba en la habitación de hologramas.


Si la habitación estaba oscura antes, entonces este tipo de oscuridad no tenía nombre.

Lo único que Fox podía deducir a partir del tacto y su audición era que se encontraban en una especie de túnel, los muros a su alrededor de un material ligero, pero resistente. Probablemente concreto de baja densidad. Como una antigua cañería en desuso. A juzgar por el eco, se trataba de un sistema de cañerías. Fara probablemente sabía el recorrido que los llevaría hacia afuera.

No hay comentarios: