9.2.07

Ciudad Jardín Parte II / Garden City Part II -WIP

Disclaimer: Ni Fara ni Star Fox me pertenecen. Son propiedad de Benimaru Itoh y Shigeru Miyamoto, respectivamente. John, Allison y Lucy, entre otros son creacion mia, por lo tanto si alguien quiere usarlos debera por lo menos darme credito a mi.
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' ' Lo que se piensa
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Comenzado el 9/02/07 a las 14:47 hrs.

Last Wish
Chapter 11 - Garden City Part II
by Millia Vargas





Habían llegado al centro de lo que en antaño solía ser la Ciudad Jardín dentro de la capital zoniana. Ahora no era más que edificios y rascacielos muertos y abandonados. El clima y la lluvia que caía, sólo servían para hacerlo ver más gris de lo que ya era.

Ciudad Jardín era la más próxima al antiguo centro, donde sólo los más adinerados tenían la opción de adquirir viviendas. A pesar de su nombre, no era una ciudad, mas bien un complejo de rascacielos y subterráneos multifuncionales, autosustentables y sostenibles. Rara vez se veían personas entrando o saliendo de Ciudad Jardín, más que nada, porque las personas que la habitaban, vivían y trabajaban ahí. Así era como Fara podía recordarla antes de los ataques de las fuerzas venomianas.

De los rascacielos más altos no quedaba casi nada; de los edificios más hermosos, un montón de escombros; de su hogar, tan sólo el recuerdo.

"Bienvenido a mi casa" Dijo Fara, sacando un llavero con una única llave de su bolsillo. Fox no pudo evitar notar que Fara llamó a este lugar casa y no hogar. Pero no tuvo que preguntar, la respuesta era obvia, bastaba con sólo mirar el exterior.

"¿Vives aquí?"

"Digamos que sí, es mi deber proteger la base mientras los demás pretenden trabajar en la base falsa" Respondió Fara de facto. A Fara no le gustaba este lugar, pero nadie lo conocía mejor que ella. Después de todo, pasó toda su infancia en estas calles, las conocía a cada una como la palma de su mano, aún en medio de toda la destrucción.

Fara giró delicadamente la llave y la gran puerta de cristal se abrió de par en par con un crujido, los rieles necesitaban aceite.

Era un Gran Hall de entrada, típicos de los rascacielos que alguna vez sobrepasaron los 500 pisos, sin embargo, en ruinas con suerte sobrepasaban los veinte. Del techo del hall colgaba una increíblemente enorme y polvorienta lámpara de cristal. A simple vista, la sola armazón del flexo podía fácilmente pesar una tonelada. Cada una de sus perlas de cristal, semejantes a pequeñas gotas de agua, estaban atadas unas a otras por innumerables telas de araña. En el suelo, se podían apreciar miles de estas gotas desparramadas y rotas. Era como si la lluvia de afuera se hubiera trasladado y solidificado adentro.

Los muros tenían grabados, frescos, y guardapolvos de diversos diseños, formas y tamaños. Fox sólo podía imaginarse lo hermoso que fue este edificio en tiempos de paz. Nunca había visto nada parecido. Su expresión anonadada y su falta de palabras eran suficientes indicadores de su estado de impresión.

Fara suspiró, de reojo pudo ver como Fox se tambaleaba. Esperaba no tener que hacer una transfusión de sangre. Era demasiado riesgoso realizar ese tipo de operaciones en un lugar como este. Y al parecer, Fox era igual a todos los demás hombres que había conocido. Extremadamente orgulloso, o bien, extremadamente despojado de sí. Fara esperaba que fuera la última antes que la primera.

"Por aquí" Fara guió a Fox al fondo del hall. A simple vista era una pared igual a todas las demás, no obstante, a medida que se acercaban se podía apreciar mejor, una gran puerta escondida entre todas las decoraciones y frescos gastados del muro.

Con la misma llave Fara abrió la puerta. A diferencia de la puerta de entrada, esta puerta debía empujarse para abrirla. Era de esperarse que los sistemas de un edificio como este, después de los daños que sufrió durante la Resistencia, no estuvieran completamente funcionales. Fox ayudó a Fara con la tarea de empujar la pesada puerta lo mejor que pudo. Lo mismo hizo para cerrarla una vez que estuvieron dentro.

La puerta llevaba a un pasillo largo y oscuro, descendieron por una escalera que crujía con cada uno de sus pasos. Un escalofrío trepó por la espalda de Fox, por alguna extraña razón sintió que bajaba por las escaleras de Lont Valley nuevamente, un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando tocaron fondo luego de un corto período de tiempo.

Nuevamente, otra puerta se interponía en su camino. Esta puerta era normal sin embargo, Fara simplemente la abrió con la mano, de la misma manera en que solían abrirse las puertas antes de la masificación de los sensores de movimiento. Esta era, quizás, una especie de alacena o sala de limpieza en su tiempo. Eso fue todo lo que Fox pudo deducir.

Los ojos de Fox trataban de ajustarse aún a la oscuridad de la sala cuando cruzaron el portal. Esta habitación era mucho más pequeña que el hall central. Esa era la sensación que daba.

Poco a poco, Fox comenzó a distinguir las siluetas de los muebles gracias a la luz blanquecina emitida por una pequeña escotilla en un rincón de la sala que daba al exterior. Sólo podía decir que su cueva en Papetoon era más acogedora que esta habitación. Muebles dañados, una mesa quebrada, una silla abandonada. Le impresionaba que esta "casa" tuviera cocina. ¿Fara vivía aquí? ¿Sola? Él no podría. Tendría pesadillas todas las noches, se hubiera vuelto loco. Incluso le pareció ver una rata merodeando por ahí.

Este tipo de base pasaba completamente desapercibida. Pero, ¿cómo una organización tan grande como Los Buscadores podría trabajar aquí? ¿Por qué este lugar?

"Lo siento, no tenemos electricidad... sería sospechoso en un edificio abandonado como éste, tener electricidad, me refiero. Pero cuando te acostumbras, éste es realmente un lugar muy aco-"

"¿Ésta es su base?" Preguntó Fox, escéptico en cuanto a todo el asunto.

Fara se llevó las manos detrás de la espalda y lo miró inocentemente.
"Pues sí" Respondió Fara, orgullosa. "Sólo tienes que mirar más de cerca".

Fox la quedó mirando por un momento, como si se tratara de una broma. Pero al ver que Fara no se estaba riendo, hizo un último esfuerzo por amoldar su vista. De pronto, le pareció ver por una millonésima de segundo una pequeña luz fluorescente proviniendo del refrigerador.

Lentamente, casi con inseguridad, Fox comenzó a aproximarse a la cocina. Mirando con detención el antiguo refrigerador. Antes no las había percibido, pero poco a poco comenzaron a hacerse visibles, eran pequeñas líneas de interferencia, y estaban todo alrededor. Por sobre los muebles, las paredes, incluso la rata que se había movido otra vez. Nuevamente el mismo destello fluorescente proveniente del refrigerador. Soltando un momento su herida, Fox extendió su mano izquierda hasta tocar la superficie del refrigerador con las puntas de sus dedos.

Como por arte de magia, todos los muros de la habitación desaparecieron. Fox sólo pudo observar sorprendido. Los muebles que antes se veían viejos y a punto de desmoronarse, en realidad eran modernos asientos, la mesa y la silla no eran más que una ilusión. Esta era una habitación por lo menos cinco veces más grande de lo que aparentaba en un principio y el refrigerador no era otra cosa más que una pequeña parte de la pantalla de un gran ordenador que ocupaba la mitad de la pared.

En el momento que Fox retiró su mano, toda la habitación volvió a la normalidad.

"¿Có-Cómo...?" Fox estaba deslumbrado. No tenía palabras. Bases como ésta, eran sólo comparables con el GreatFox.

"Johann diseñó los hologramas"

A la mención del muchacho, ambos, Fox y Fara, sonrieron tristemente.
"Nadie habrá muerto en vano, Fara. Te lo prometo". Dijo Fox, sujetando nuevamente su costado.

Fara acudió a su lado.
"Ven. En mi habitación tengo el botiquín de primeros auxilios. No será mucho, pero por lo menos detendré la hemorragia".

Fox la siguió. Detener la hemorragia era más que suficiente para él. Sobre todo porque estaba comenzando a sentir demasiado frío.

"Computadora, necesito agua caliente. Rápido" Dijo Fara mientras se apresuraba hacia la puerta que daba a su habitación en el ala izquierda de la sala, pasando a través de la pared falsa generada por el holograma. "Activa el modo de emergencia" Agregó. Habían llegado al fondo de la habitación, donde se encontraba la puerta que abría a su dormitorio.

"Modo de emergencia activado. Agua caliente lista". Una voz masculina, pero claramente virtual, contestó desde una ubicación que Fox no pudo descifrar.

"Gracias" Fara suspiró, girando la manilla para abrir la puerta. "La computadora funciona gracias a unos paneles solares que instalamos en los estacionamientos, yo misma la programé" Fara observó detenidamente a, al parecer, muy desorientado zorro. "¿Te sientes bien, Fox?"

Fox simplemente la observó. "Se podría decir..."
Tenía tantas preguntas, pero a la vez, había tan poco tiempo.

Fara abrió la puerta y Fox por primera vez desde que entró al edificio, sintió que no había nada adentro que lo sobrepasara emocionalmente. En el interior de la habitación sólo habían una cama y un ropero, las paredes de concreto sin pintar y una puerta a la derecha que probablemente llevaba al baño. Fox no quiso comentar nada. Algo en esta pequeña y sencilla habitación le entibiaba el corazón.

"No me gusta la suntuosidad" Comentó Fara, un poco avergonzada. No era cosa de todos los días llevar un macho de la especie a su dormitorio. De hecho. Si se ponía a tratar de recordar quien fue la última persona que entró en su habitación... probablemente, el borracho perdido que fue a correr a su baño a toda velocidad a vomitar en medio de la noche, cuando estaba a punto de llegar al séptimo sueño. Oh si, vaya que se asustó esa vez.

Fox sencillamente afirmó, dirigiéndose a la cama.

"Atrapa" Dijo Fara, lanzándole a Fox una botella con un líquido en su interior. "Quítate la ropa y ponte dos gotas del líquido en el abdomen. Inhibirá cualquier olor que provenga de tu cuerpo".

Fox obedeció dándose la vuelta y enfrentando la pared, sus mejillas sonrojadas.
'No fue lo que dijo, fue la forma en que lo dijo' fue el mantra que Fox repetía una otra vez dentro de su cabeza, después de todo, no era cosa de todos los días que alguien, dígase hembra, le pedía que se desvistiera. Los travestis que se había encontrado en la calle luego de la escuela una vez no contaban.

Fara por su parte, estaba dándole la espalda. Daba gracias a los cielos que su voz no se hubiera quebrado en medio de la última orden. Era necesario. El inhibidor de olor no serviría de nada si Fox traía sus ropas puestas. Ropas que ya estaban impregnadas con su olor. Esas ropas debían ser incineradas lo antes posible.

"Puedes quedarte con la ropa interior" Agregó Fara rápidamente. No estaba a punto de darle una de sus pantaletas a un extraño sólo por temor a verlo en sus ropas menores... o más bien, falta de estas. Se dirigió al ropero para sacar un par de lentes azulados y cuidadosamente se los colocó. Le siguieron un par de guantes de látex y una enorme maleta blanca. "¿Listo?"

"Sí" Fox estaba acostado mirando hacia el cielo, una araña estaba haciendo actividades muy interesantes en una de las esquinas. De pronto, sintió calor. Fara lo había tapado con una frazada hasta la cintura y puesto alrededor de sus piernas bolsas con agua tibia. Un suspiro de alivio se escapó de sus labios involuntariamente.

Fara sonrío.
"¿Se siente bien, no?" Preguntó Fara, soltando una pequeña risa y dándole una de las bolsas. Fox simplemente afirmó con la cabeza y sostuvo la tibia bolsa llena de agua con la mano izquierda para abrazarla contra su pecho. Podía sentir cómo su cuerpo recuperaba parte del calor perdido.

"¿Sabes lo que debes hacer?" Preguntó Fox, un poco adormilado

"Espero. Trata de mantener los ojos muy abiertos, ¿bien?" Fox asintió. Fara tenía razón, si por alguna razón se quedaba dormido, podría muy bien no volver a despertar.

"Computadora. Activa el CT escan" Murmuró Fara mientras sacaba de su bolsillo el teclado de plasma.

"Activado. Instalando monitor de ayuda nivel 3. Por favor, siga las instrucciones"

Datos comenzaron a ingresar a través de las gafas azuladas que Fara se había puesto minutos antes. Sus ojos moviéndose en todas direcciones tratando lo mejor posible de leer y memorizar todos los datos que ingresaban a toda velocidad.

"Chequeando daños internos...
Aorta. Chequeado.
Vasos 2, 5A90, 78B1-0, 81B13-9 Chequeados.
No se encuentran elementos patógenos externos dentro del sistema.
Por favor, proceda con la desinfección y retención
del traumatismo abdominal"."A los civiles se les está prohibida la venta de anestesia. Por favor, aguanta esto" Suplicó Fara. Fox apretó sus puños y cerró sus ojos.


[Dementia]
Debajo de un montón de piedras, concreto, madera y vidrios hechos trizas, emergió una sombría figura. Deformada y rasgada. Polvo caía y se juntaba a su alrededor, pero no importaba. No necesitaba sus ojos para saber adónde iba. Gruñía mientras se erguía cada vez más y más. Huesos crujían y se ajustaban a su lugar nuevamente. Cualquiera diría que era la viva imagen de Lucifer emergiendo de la destrucción.

Afortunadamente, no había nadie cerca. Panther acababa de perder la poca cordura que tenía y era capaz de matar a cualquiera que se le aproximara... Cualquiera.

Sus manos tiritaban. Una viciosa sonrisa se dibujó en su rostro. Sus caninos teñidos con su propia sangre.

No veía nada más que rojo. No olía a nadie más que a él. Su deliciosa presa. Qué delicioso sería partir sus frágiles huesos. Qué delicioso sería engullir sus intestinos. Paso a paso y lentamente, Panther retomó su camino hacia él.

No podían esconderse.

No por mucho tiempo.

Creyeron que esa pequeña bomba lo detendría a él... ¡Panther!

"¡Qué equivocados están!" Gritó a todo pulmón, seguro de que Fox oiría su furioso rugido.
Una convulsión invadió su destruido cuerpo, toneladas de sangre evacuaron por su boca una y otra vez, el suelo tiñéndose de su cobrizo color.

La sangre no significaba nada.

El dolor no significaba nada.

Sus ojos estaban ocultos detrás de sombras. Nunca dejó de marchar hacia ese lugar.

El lugar donde estaba su presa.

La respiración de uno de los soldados llamó su atención. Lentamente se aproximó al lugar donde yacía su aplastado cuerpo. Agachándose, Panther lo miró con indiferencia. Fuertemente apretó su puño y fuertemente golpeó la cabeza del soldado, literalmente reventándola. El golpe lo mató instantáneamente, el puño de Panther había roto y atravesado su cráneo, desparramando sus sesos y sangre en todas direcciones. Panther se puso de pie nuevamente.

¡Quién necesitaba un maldito escuadrón de débiles y mortales idiotas siguiéndolo! Él podría matarlos solo. No necesitaba a nadie, él era más que suficiente.

Tenía su arma cargada.

Panther se detuvo un momento para mirar detenidamente el arma en cuestión. Su histérico semblante desapareció por unos segundos para ser reemplazado por uno de disgusto. Sin pensarlo más, Panther lanzó la pistola hacia los escombros del edificio desplomado. La sonrisa volvió a su rostro.

No podía aguantar las ganas de matar. Con sus propias manos.

Una frenética carcajada escapó de sus labios partidos y descarnados.
"McCloud... Puedes ocultar tu olor... pero la sangre... ¡La sangre tiene olor propio!"

Se reía lentamente, mientras planeaba que haría luego de matar al zorro. No mataría a la fennec enseguida. Primero podría jugar con ella un poco. Luego mataría su exánime cuerpo.

No podían esconderse. Nada ni nadie se escaparía de sus manos. Él era un símbolo de la perfección. ¡Él era una máquina de destrucción!

Una hermosa rosa roja había florecido. Sus espinas estaban listas para matar.

La verdadera creación de Andross estaba suelta.


"Te estoy diciendo, Peppy. No puedo saber dónde está Fox. La configuración de este lugar cambió mucho desde los ataques..."

"Más vale que ese cabeza hueca me devuelva la motocicleta. ¡Entera!" Slippy sólo podía suspirar por milésima vez. Falco estaba seriamente afectando su paciencia. En realidad, ¿por qué tenía que soportarlo todo el tiempo? Slippy terminó la transmisión y volvió a encender su radar de bolsillo. "Supongo que tendremos que seguir a pie".

Falco asintió. No quería admitirlo, pero la incertidumbre sobre el bienestar de Fox le ponía los nervios de punta. Sin embargo, tendría que ver un arwing lleno de puercos para admitir eso en voz alta. Claro que también quería a su motocicleta, él mismo la había diseñado... sí, la quería tanto como la primera guitarra eléctrica que se compró cuando aún era un chaval.

También le preocupaba el bienestar del muchacho a su lado. Desde que le encargaron vigilar los monitores, no había despegado su cabeza de la pantalla. Estaban cagados. ¿Dónde quedaron las misiones que solían hacer antes? ¿Y desde cuándo le hacen tantos favores al ejército corneriano? Claro, claro, un poco de efectivo extra no dañaba a nadie, él no era uno de esos que se quejan por cosas como esas.

Un escalofrío trepó por su espalda. Algo en este lugar no le agradaba, quizás era la parcial destrucción de todos los edificios a su alrededor o quizás era ese apestoso olor a malicia y demencia que había en el aire.

"...A pantera..." murmuró Falco extrañado.

"¿Dijiste algo?" Preguntó Slippy. Ya sabía cuál era el camino más corto a tomar. Pero como siempre, era bueno contar con la opinión de los compañeros de trabajo. Sobre todo cuando tenían mejor oído, olfato y visión que tú.

"Sí. Creo que mientras más temprano lleguemos, más rápido nos iremos".

"¿Sabías que lo que acabas de decir no tiene sentido en lo absoluto?" Dijo Slippy, mirándolo de reojo.

"Lo sabrás cuando lleguemos" Contestó Falco.

"¿Esto significa que llevaremos el landfree?"

"Sí. Pero necesitamos un plan. No podemos usar estas calles si queremos pasar desapercibidos" Comenzó Falco, algo en esta situación le recordaba mucho al día anterior. ¿No estaban Slippy y él buscando a Fox en Lont Valley, moliendo monstruos y destrozando cuevas para salvarle el pellejo?

Slippy suspiró nuevamente, entonces sí habían problemas.
Cielos, Ciudad Jardín se veía más linda y segura en las postales.


"Chequeando...
Asepsia confirmada. Procedimiento concluido".

Fox estaba sudando. Las bolsas de agua caliente habían sido arrojadas fuera de la cama, algunas incluso se reventaron al impactar contra la pared. El tapete, de arabescos diseños, totalmente arruinado debido a la humedad.

Tanto dolor sólo era superado por el de estrellarse dentro de un arwing. Todavía tenía la sensación de ser quemando de adentro hacia afuera. Sólo por no mostrar debilidad se tragó cada uno de sus gritos de agonía. No se dio cuenta de que Fara había tomado sus ropas, y sin siquiera preguntarle, las había arrojado al incinerador que había en el baño.

Una gran explosión proveniente de arriba llamó la atención de ambos. Una pequeña luz se encendió, iluminando de rojo la oscuridad de la habitación por unos segundos, para volver a apagarse.

"Esa luz significa que algo malo está pasando ¿no?" Preguntó Fox tratando de sentarse.

"¿Puedes caminar?"
Fox afirmó con la cabeza.

"¿Cómo está tu brazo?"

Fox se observó el brazo derecho. El hueso estaba completamente molido.
"Ha visto mejores días..." Dijo Fox, tratando de sonreír a pesar del dolor.

"Bien," dijo Fara, sonando muy seria, "porque tenemos que salir de este lugar lo antes posible. Es verdad que ahora Panther no nos puede oler, pero sí nos puede seguir hasta aquí".

"Este lugar apesta a nosotros" Complementó Fox.

Fara afirmó con la cabeza, lanzándole a Fox unos pantalones.
"Espero que no eches de menos tu otra ropa"


La puerta del frente había literalmente explotado en miles de fragmentos debido a la fuerza del impacto ejercida por el puño de acero del incontrolable Panther.

"Aquí. Aquí es" El cuerpo jadeante de Panther se sacudía con cada carcajada que explotaba de su boca. "Este lugar, será tu tumba... ¡ME OYES!"

Panther se dirigió directamente a la puerta camuflada entre los frescos. Su ensangrentada nariz olfateando fuertemente. Súbitamente se detuvo, sus pupilas dilatándose. En ese exacto lugar había una mancha de sangre. Su sangre. Probablemente dejada ahí cuando Fox intentó empujar la puerta.

Panther no se molestó en hacer eso, simplemente retrocedió unos pasos y con todo su cuerpo comenzó a golpear la puerta que lo separaba a él de su botín. Sólo bastó golpear la puerta dos veces antes de que la madera cediera ante su potencia. La hermosa puerta de bellos frescos había quedado reducida a meras astillas. Con semblante inmutable, Panther continuó su camino hacia Fox.


Slippy suspiró, estaba esperando en el landfree, justo donde Falco le había dicho que esperara. Y estaba aburrido. Suspirando nuevamente, Slippy inclinó el asiento del conductor hacia atrás, apoyando ambas piernas sobre el volante del landfree, mirando hacia el cielo medio nublado, medio grisáceo que se posaba sobre él. Unas cuantas aves volaron sobre su cabeza 'como si sintieran el peligro que había en la otra dirección'. Un escalofrío invadió su cuerpo, no se atrevía a hacer ningún otro tipo de sonido, por temor a ser descubierto.

En realidad, Slippy esperaba que este plan de Falco funcionara. Tenía mucha fe en su amigo, pero no podía negar que Falco solía tomar siempre la vía violenta.

Bueno. Esta espera le daba tiempo para pensar un poco más su situación. Esto de los monitores era estupendo-No, más que eso. Tanta tecnología junta sólo se fabricaba en Corneria. Pero, no le gustaba. No le gustaba para nada. Estaba siempre preocupado, sobre todo cuando alguno de los del equipo no estaba presente. Quería con tantas ganas dejar de ver esa pantalla, pero se sentiría muy responsable si a alguno de sus amigos le sucediera algo malo sólo por no haber estado vigilando los monitores.

Era complejo. Tener las vidas de sus amigos en su computadora, dependiendo de él y sólo de él notar el más mínimo cambio. Variación que significaba la diferencia entre la vida y la muerte.

'Nunca más seré Beta-tester de nada'
Pensó Slippy, frunciendo el ceño y haciendo un pequeño puchero.


"No podemos salir por donde entramos" Dijo Fox, preocupado.

"Lo sé" Respondió Fara, una gota de sudor corriendo por su frente. "Computadora, abre la puerta del ropero. Ponte en guardia, te necesitaremos".

La computadora no respondió, pero motores casi silenciosos comenzaron a funcionar por debajo de sus pies, se sentía casi como el ronroneo de un gatito. El ropero comenzó a moverse a la izquierda para rebelar una enorme escotilla en lugar de un simple muro. Era redonda, de unos sesenta centímetros de diámetro, muy parecida a las escotillas de los submarinos. Era obvio que tendrían que ir a gatas. Fara se dirigió a la escotilla, abriéndola con una mano y haciendo una reverencia.

"Por favor, ve tú primero" Dijo Fara.

Esto produjo una reacción inmediata de Fox.
" primero, ir antes que una dama va en contra de todos mis principios" Dijo frunciendo el ceño. NADA le haría cambiar de parecer.

"Irás tú y es definitivo". Replicó Fara comenzando a empujar a Fox hacia el interior de la escotilla. "No te irás viendo mi trasero durante todo ese recorrido" Agregó. Un pequeño dolor de cabeza estaba comenzando a formarse con toda esta situación.

"¡¿CÓMO?!" Gritó Fox sorprendido, en realidad eso era lo último que tenía en mente... Bueno, quizás no lo último. ¡Pero definitivamente no estaba en su lista de por-hacer en un momento como éste!

Esa pequeña falta de concentración por parte de Fox fue todo lo que Fara necesitó para empujarlo por completo dentro de la escotilla.


Panther había bajado las escaleras y se encontraba en la habitación de hologramas.


Si la habitación estaba oscura antes, entonces este tipo de oscuridad no tenía nombre.

Lo único que Fox podía deducir a partir del tacto y su audición era que se encontraban en una especie de túnel, los muros a su alrededor de un material ligero, pero resistente. Probablemente concreto de baja densidad. Como una antigua cañería en desuso. A juzgar por el eco, se trataba de un sistema de cañerías. Fara probablemente sabía el recorrido que los llevaría hacia afuera.

Ciudad Jardín Parte I / Garden City Part I

Disclaimer: Ni Fara ni Star Fox me pertenecen. Son propiedad de Benimaru Itoh y Shigeru Miyamoto, respectivamente. John, Allison y Lucy, entre otros son creacion mia, por lo tanto si alguien quiere usarlos debera por lo menos darme credito a mi.
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" " Lo que se dice
' ' Lo que se piensa
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Comenzado el 4/01/07 a las 23:05 hrs.
Retomado el 01/02/07


Last Wish
Chapter 9 - Garden City Part I
by Millia Vargas





"Gracias..." Fue lo único que pudo decir Fara luego de 5 minutos viajando, estaba sentada en la parte de atrás de la motocicleta, sus manos sujetando ligeramente la cintura de Fox. El tránsito estaba expedito, pero se sentían sirenas por detrás.

"Ten..." Fox le pasó una pequeña cápsula. "Te molestarán las orejas, pero es por seguridad, debo aumentar la velocidad".

Fara recibió la cápsula e instantáneamente ésta se transformó en un casco de seguridad, el cual cuidadosamente se puso sobre la cabeza. Electricidad fluyó por los costados del casco para formar una visera que se ajustaba perfectamente a la forma de su hocico.

"¿Cómo supiste? Que John estaría ahí"

"Él se contactó conmigo, justo antes de morir" A Fox le dolía admitir que había fallado en salvarlo a él y a Lucy.

"¿Por qué, Fox?" Preguntó Fara. Su voz se oía agotada, porque así era como se sentía, agotada y devastada. Fara dejó que su cabeza se apoyara sobre la espalda de Fox

"Es necesario que escapemos de Zoness cuanto antes" Dijo Fox, "Andross está tratando de exterminar a los Buscadores y ha comenzado por ustedes"

"Andross..." Debía estar soñando. Esto debía ser causa de su cansada y traumatizada mente.


"Fueron engañados, todos ustedes. Todo este tiempo sólo han estado delatando a enemigos de Andross a solicitud de Pigma Dengar".

Fara, en algún momento de la explicación, contuvo la respiración. Lo último que sus oídos escucharon correctamente fue 'civiles inocentes'. Las siglas ZETM también llamaron su atención y despertaron en ella el mismo odio que había encerrado dentro de sí cinco años atrás. Ira que afortunadamente fue controlada con la poca razón que le quedaba.

"...Debo sacarte de Zoness cuanto antes, "continuó Fox. "¿Por qué saliste del hospital? Deberías estar descansando" Fox no pudo evitar mirar hacia atrás por un segundo al preguntar esto. Por suerte Fara llevaba el casco de seguridad puesto, de otro modo, Fox hubiera muerto con la mirada que Fara le estaba dando.

'¿Por qué me está preguntando tanto? Este tipo...!' No tuvo que pensar mucho. Su boca ya había empezado a reaccionar aún antes de que su mente pudiera pensar lo que ya estaba diciendo. "John estaba-"

"¿Sabías que John estaba ahí?" Preguntó Fox, un poco de sorpresa en su voz. "Fara, ¿dejaste que...?"

"¡NO! ¡Nunca lo hubiera permitido!" Fara interrumpió. Estaba perdiendo la paciencia, estaba actuado irracionalmente y estaba consciente de ello.

"¿Cómo supiste?" Fara guardó silencio por largo rato. Aún se oían sirenas por detrás, pero cada vez más lejos.

"Sólo lo sabía". Comenzó Fara, sus pensamientos viajando a ese fatídico día que sellaría sus destinos para siempre. "No es nada que te incumba".

Fin de la discusión.

'Fara es una mujer de muchas palabras' Pensó Fox sarcásticamente. Pensamiento interrumpido por el estridente ruido de uno de sus neumáticos reventándose. Inmediatamente la motocicleta perdió el equilibrio y tambaleó bruscamente, un grito escapó de la boca de Fara, quien se sujetó con todas sus fuerzas a Fox para evitar caerse de la motocicleta en marcha. Por fortuna, Fox pudo controlar la situación antes de que la motocicleta colapsara con el suelo o chocara con los vehículos que viajaban en las pistas adyacentes a ellos. El plato de la rueda quemaba el suelo y chispas saltaban cada vez que la motocicleta se ladeaba.

"¡Mierda!" Gritó Fox, esto no estaba dentro de sus planes. Sin pensarlo más, tomó a Fara de la cintura con uno de sus brazos, mientras el otro sostenía el volante tratando de mantener la motocicleta en equilibrio. Sin querer y dado que no podía despegar la vista del camino, la primera mano sostuvo un poco más arriba de lo que hubiera deseado

"¡Fox!" Gritó Fara, sonrojada.

Fox aún no se percataba de que estaba lisa y llanamente sosteniendo el pecho de la fennec en sus brazos, estaba demasiado concentrado en el camino.

"¡Suéltame, zorro!" Volvió a gritar Fara, esta vez molesta y con sus brazos empujando a Fox hacia adelante.

Esa fue la última gota. Fox estaba harto.
"¡Parece que no logras comprender nuestra situación!" Había explotado.

Al obtener esta reacción, Fara inmediatamente dejó de moverse. Esta nueva posición de liderazgo le dio a Fox suficiente tiempo para sujetarla mejor, en ese momento, se percató del motivo de la ira de Fara.

"Lo-Lo siento, mucho". Tartamudeó Fox, sus mejillas se sentían muy acaloradas de sólo pensar. La motocicleta tambaleó bruscamente una vez más.

Rápidamente, Fox soltó el control de la motocicleta y saltó hacia el techo de un desafortunado landfree de carga que pasaba cerca. En el momento en que ambos dejaron la motocicleta, los cascos que llevaban puestos se reconvirtieron en cápsulas, las cuales cayeron rápidamente al suelo de concreto, olvidados.

La motocicleta, totalmente fuera de control colisionó con la parte delantera del vehículo en movimiento. Instintivamente, Fox botó a Fara de bruces contra el techo del landfree, cayendo él junto con ella. La motocicleta había sido lanzada hacia arriba después de la colisión, pasó por sobre ellos unos cuantos centímetros más arriba, literalmente por sobre sus cabezas.

"Falco me matará" Fox se quejó dramáticamente, recuperó su seriedad cuando sintió el cuerpo de Fara tiritando debajo de su mano. Fox no pudo más que observar como sus grandes orejas se acurrucaban hacia atrás para protegerse del viento, la forma como Fara levantaba lentamente su cabeza para mirarlo a él y sólo a él con esos ojos color verde esmeralda.

"¡Me rompiste la nariz, idiota!" Un pequeño hilo de sangre comenzó a caer por la parte del cuerpo en cuestión, para terminar en sus labios, seguir rodando hasta su mentón y caer lentamente al techo del landfree.

"Lo-lo siento" Murmuró Fox, atónito. Nunca pensó que una mujer tan enojada pudiera verse tan atractiva al mismo tiempo... Pero definitivamente no era su tipo. Definitivamente no.

Fara gruñó, con una de sus manos retiró la sangre de su rostro. No quería admitirlo, pero no era más que un pequeño rasguño comparado con otras heridas que había sufrido. ¿Y que hacía ese zorro libidinoso mirándola?.

De pronto, Fox rompió todo contacto visual con Fara, sólo para mirar hacia abajo.

"Nuestra parada se aproxima, ¿crees que puedes saltar por tu cuenta?"

"¿Saltar?" Fara no se había dado cuenta, pero el landfree de carga que los llevaba se había elevado unos veinte metros por sobre el nivel de la tierra. Fara se puso de pie al ver que Fox lo hacía. Un pequeño escalofrío corrió por su espalda. Por debajo de ellos pasaban filas llenas de landfrees, a la distancia se oían sirenas e incluso helicópteros. Las fuerzas armadas los alcanzarían si no saltaban.

"¡No hay tiempo!" Gritó Fox, todo sonido salido de sus labios opacado por el viento que chocaba con su rostro, su pelaje y ropas desbaratándose en todas direcciones a causa de éste.

Fara no tuvo tiempo para seguir pensando ni responder a la pregunta que le fue hecha, Fox ya había tomado impulso y en el momento de saltar del landfree, agarró a Fara por la cintura nuevamente. Sus pies ya no tocaban más que aire.

"Sujétate a mí. Te prometo que no te pasará nada si lo haces". Murmuró Fox al lado de su oreja, tan ligero, casi como si el viento le hubiera hablado. Fara obedeció, casi en un estado de ensueño y cuidadosamente posó ambos brazos alrededor del cuello de Fox, quien de vuelta, colocó sus brazos alrededor de su espalda. Por alguna extraña razón, con este extraño, Fara se sintió más segura que nunca desde el día que murieron sus padres. Cerró sus ojos, y sintió como el viento y la gravedad los enviaban hacia abajo. Por un segundo, le pareció que estaban volando hacia arriba en lugar de caer.

Así, con el sol de otoño siendo un mero punto de luz y calor en el cielo zoniano que irradiaba sus virtudes sobre sus rostros, Fox y Fara se lanzaron en caída libre al vacío más iluminado.

Hacia la libertad.




Llevaban más de 10 minutos persiguiéndolos. Era imposible que escaparan. Era imposible que vivieran para ver el día de mañana. Los mataría. Primero a la fennec, luego al zorro rojo, lentamente. Vería su sangre caer al suelo y acumularse a sus pies, y le gustaría. Le gustaría mucho.

Los sentidos de Panther eran más agudos que los de cualquier otro soldado, policía o persona. Lo eran porque Panther fue creado por Él específicamente para eso. Era imposible que pudieran escapar. Porque era imposible que ocultaran su rastro.

Los ojos de Panther escudriñaban el suelo; su olfato, el aire.

"¡Deténganse!" Gritó Panther a través del megáfono del vehículo donde iba. Un grito tan imponente y poderoso, que toda la caravana de policías que iban por tierra se detuvo en seco.

La puerta del landfree fue abierta bruscamente, las botas de combate de Panther levantaban el polvo de la calle en cuanto tocaban el suelo. Lentamente, pero seguro, Panther se agachó y recogió dos cápsulas.

"Cascos..." Murmura Panther. Una siniestra sonrisa se dibujó en su rostro.

"Se dirigen al centro de la ciudad" Sugirió un soldado.

"No..." Murmura Panther. Su sonrisa nunca abandonando su rostro. "La fennec tiene rastreadores nuestros. Activen todos los sistemas".

"¡Sí, señor!" Respondió el soldado, llevando su mano hacia su frente y retirándose rápidamente.

Segundos más tarde, una carcajada escapó de los labios de Panther. Su mano derecha despedazando las cápsulas que sostenían.

Primero mataría a la fennec, luego al zorro rojo. Lenta y dolorosamente. Y le encantaría.

"Nunca pensé conocerte bajo estas circunstancias... Fox McCloud.
Que comience la cacería"




A medida que más se acercaban al suelo, los brazos de Fara apretaban cada vez más y más el cuello de Fox. Un pequeño grito escapó de sus labios.

"Por favor, no dejes que me quiebre algo" Rogó Fara. Fox sólo pudo reír ante esa petición, precisamente tenía eso en mente. Lo único inevitable era no sentir dolor.

Lo que en realidad fueron segundos, parecieron minutos para Fara. Faltaban menos de cuatro metros, era imposible retroceder y volver al añorado y seguro techo del landfree, o mejor aún, a la motocicleta.

Fox, por otra parte, no tuvo suficiente tiempo para pensar en un perfecto plan de aterrizaje, un plan que no consistiera en dejarse llevar por la gravedad y rogar a dios que no caigan encima de un montón de estiércol. Lo único que alcanzó a hacer en esos veinte segundos que se le dieron fue interponerse entre Fara y el suelo, esperando que la mayor parte del impacto lo recibiera él y no ella.

Perdió el conocimiento luego de impactar con la primera cosa que pasó por su camino.




Algunos de los que andaban en tierra vieron como dos sujetos se lanzaban de un vehículo en movimiento hacia abajo, velozmente cayendo al suelo y aterrizando con una nube de polvo, derribando algunos tanques de basura, el sonido de un cristal rompiéndose y muchos agonizantes quejidos de dolor. A pesar de la sorpresa, nadie se detuvo más de una milésima de segundo. Les hacían un favor al pretender que nada había pasado, sobre todo luego de que se hubieran puesto sus fotografías en cada una de las pantallas de la ciudad. Eran "terroristas" buscados. Los causantes de la explosión en las inmediaciones de ZETM.

Con un quejido, Fara se levantó lentamente del suelo. Estaba totalmente adolorida, pero afortunadamente, ninguna de sus extremidades resultó fracturada, dislocada o desgarrada. Fox había cumplido su promesa a la perfección.

Hablando del diablo...

"¿Fox?" La voz de Fara no superaba un tímido murmullo. No hubo respuesta.

Rápidamente, Fara revisó los alrededores con su mirada hasta que lo encontró. Uno de sus brazos sobresalía por debajo de un tanque de basura. Una fractura segura. Cada uno de esos tanques pesaba media tonelada estando vacío. Fara suspiró, nunca se imaginó que Fox fuera a protegerla de la caída, quizás por esa razón decidió ir a socorrerlo en lugar de seguir escapando por su cuenta.

"Idiota..." Murmuró Fara.

Con ayuda de unos bloques de concreto, Fara pudo levantar el tanque lo suficiente como para sacar a Fox por debajo de éste. Notó con horror que un enorme pedazo de vidrio se había enterrado en su costado derecho, el cual decidió dejar por miedo a provocar una hemorragia mayor, pues no podía darse el lujo de dejar que Fox se desangrara en un lugar como éste.

"Ugh..." Fox comenzó a moverse lentamente, haciendo un chequeo mental general: Fara estaba ilesa. No podía decir lo mismo por él, había perdido conocimiento por no sabía cuánto tiempo, rogaba que no fuera mucho, su brazo derecho estaba roto y su costado derecho desgarrado. Rápidamente llevó su mano izquierda a dicho lugar y sostuvo firmemente para impedir que la sangre siguiera saliendo de su organismo. No podía ser peor en realidad, sus ropas emitían un horrible hedor.

"Tanto por rogar no caer sobre una pila de estiércol..." Pensó Fox en voz alta. Aún estaba acostado, debía acostumbrarse un poco más al dolor. Como si Fara hubiera leído sus pensamientos, Fox sintió como ella lo tomaba por debajo de los brazos para intentar levantarlo. Al ver esos esfuerzos en vano, Fox insistió.

"Fa-Fara... arrástrame hacia el fondo de ese callejón" Fara obedeció. Ambos estaban de acuerdo. Necesitaban encontrar un lugar más guarecido de la luz y de los ojos de Andross.

Mientras Fara realizaba esta tarea, la mente de Fox trabajaba a mil por segundo. Tenían un inconveniente, Fox no podría correr. Pero podían continuar con el plan. Inconscientemente, Fox apretó aún más su herida, no le gustaba la idea de dejar su sangre y ADN desparramados en una ciudad liderada por Andross. Era un riesgo que él no podía darse el lujo de tomar, pues no sabía que artificios podría hacer el Doctor Andross con ella.

De pronto, recordó algo muy importante.

'Tenía rastreadores incrustados en las suelas de los zapatos...'

"Tus zapatos... quítatelos" Dijo Fox.

"¿Disculpa?" Esa debía ser una de las órdenes que Fara nunca pensó que iba a escuchar en su vida. Inmediatamente se detuvo.

"Y la chaqueta también" Justo antes de que Fara lo botara al suelo para probablemente darle la mejor golpiza de su vida, Fox continuó, "Dengar ordenó que pusieran rastreadores en sus zapatos, probablemente tengas bichos en la chaqueta. Eso fue lo que John me dijo".

Si Fox no hubiera continuado, Fara lo hubiera botado y barrido el piso con él. De lo cual hizo lo primero, sólo para satisfacer la molestia generada por esa propuesta indecorosa. No obstante, Fara no podía más que creerle a Fox. Su chaqueta y zapatos pronto quedaron abandonados en el húmedo suelo del pasaje.

Fox se aproximó a gatas a las prendas en cuestión, se sentó y con suma meticulosidad trató de atar los cordones de los zapatos, haciendo todo lo posible por mantenerlos unidos a la chaqueta. Tarea no muy sencilla de realizar con una sola mano.

Mientras Fox trataba de resolver ese problema, Fara se preocupó de evaluar los alrededores, afortunadamente, era un lugar en el que ella estaba muy familiarizada.

Se encontraban al sur del actual centro cívico de la ciudad. Podía saberlo por la antigüedad de los rascacielos que allí se encontraban, la gran mayoría de ellos estaban totalmente abandonados. La razón era más sencilla de lo que uno se imagina. No mucho más lejos, se encontraba lo que solía ser el centro antes de la invasión venomiana. En estas calles se lidió la peor parte de la batalla entre las fuerzas de la resistencia y de las de Venom que querían tomar el poder. Calles marcadas por la historia, muros que contaban la cruenta batalla en cada una de sus trizaduras y hendiduras, en cada una de sus manchas...

El sonido de un cristal rompiéndose en miles de fragmentos la sobresaltó. Fox había lanzado su chaqueta y zapatos hacia un departamento tres pisos más arriba. Continuaba sentado y Fara por un momento se preguntó de dónde había sacado la fuerza para lanzar todos los objetos a una altura de aproximadamente nueve metros.

"Espero que eso nos dé más tiempo del que tenemos para escapar, debemos llegar a la ex embajada de Corneria lo antes posible" Fara sólo lo observó en silencio. Fox sonaba agotado. Estaba perdiendo demasiada sangre, demasiado rápido y sus pantalones estaban comenzando a teñirse con la rojiza sustancia. Fara se dio cuenta inmediatamente, no podrían llegar a la embajada si Fox seguía sangrando de esa manera.

Decidida, Fara se aproximó a Fox y lo tomó nuevamente. Esta vez pudo levantarlo.

"Te llevaré a la base, necesitas tratamiento. No estamos muy lejos"

"Pero..." Reclamó Fox, comenzando a caminar por su cuenta.

"Y no te vas a negar"

"Su base fue saqueada, John-"

"Nunca nos hubieran encontrado si hubiéramos estado siempre en nuestra verdadera base" Dijo Fara tajantemente. Sin decir más, comenzó a guiar el camino. Fox la seguía detrás con pasos firmes y rápidos, casi como si no estuviera herido en lo absoluto, pero de haber estado en óptimas condiciones, Fox hubiera preferido correr. El truco de las zapatillas les daría unos minutos de ventaja pero no más que eso.

"Johann..." Comenzó Fox.

"¿Johann?"

"Era él todo este tiempo ¿no?. Ayer en Lont Valley, ustedes querían eliminarme como lo hicieron con Samantha Coll, porque temían que fuera a hecerle daño, ¿no?"

"Sí", suspiró Fara, mirando hacia el suelo mientras caminaban.

Fara guiaba el camino. Desde atrás, Fox sólo podía ver su nuca, pero no necesitaba verla de frente para saber cómo se sentía.

Ni Fara ni Fox hablaron más por el resto del camino. Ocasionalmente, Fox inhalaba fuertemente para evitar que cualquier quejido saliera de su boca. Su especialidad era el aire, la actividad en tierra no era su fuerte. Tenía su arma y sabía muchas técnicas de combate cuerpo a cuerpo, pero eso nunca sería suficiente para derrotar a todo un escuadrón armado.

Un poco de suerte les fue mandada por los dioses, había comenzado a llover. Fox rogaba para que esta llovizna fuera suficiente para borrar sus casi siempre imborrables rastros de olor.



No muy lejos de ese lugar, Panther y su equipo de militares armados se encontraban en el lugar donde Fox y Fara habían caído luego de lanzarse del landfree.

"Señor, las señales vienen de ese edificio", dijo un militar.

"¡Registren el lugar!" Ordenó Panther.

"¡Sí, señor!", dijeron los militares al unísono, entrando uno a uno en el edificio. Después de ellos entró Panther.

4.2.07

GARDEN CITY




un poco de como me imagino Garden City [antes de estar en ruinas]